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Primero trabaja para ti

En los aviones de pasajeros dan diversas instrucciones antes del despegue para la seguridad del vuelo, entre las cuales indican que en caso de despresurización de la cabina, del techo saldrán automáticamente mascarillas de oxígeno. En caso de ir acompañado de niños, hay que ponerse uno mismo la mascarilla antes de ponerla a los peques, obviamente porque si fallamos en suministrarnos oxígeno a tiempo con la consiguiente pérdida de conocimiento el resultado puede ser fatal para toda la familia.

En el ámbito cotidiano es común hacer lo contrario – Aunque sin consecuencias tan drásticas -, trabajar primero para los demás. Es normal el patrón despertarse -> ir a trabajar -> volver a casa -> cena/cosas de casa -> tele/internet -> dormir. Si te fijas, primero trabajamos para nuestro empleador, luego para el hogar, y por último tiempo para nosotros mismos, ya completamente agotados con apenas energía para nada.

Hay quien consigue incluir actividades personales a costa del hogar o de horas de sueño, y con grandes dosis de fuerza de voluntad, que al mínimo desvío – horas extras, una cena social, etc. – puede acabar descarrilando nuestros planes iniciales muy fácilmente. Hay estudios que demuestran que la fuerza de voluntad está en máximos a primeras horas, y disminuye a lo largo del día [1]. Aunque creo que no hacía falta ningún estudio para intuirlo 🙂

En mi opinión y espero que coincida con la de los lectores, hay que aspirar a realizar actividades que nos aporten algo positivo, prosperidad, para nosotros, para nuestro entorno cercano, y en última instancia para todo el mundo. Es tal vez una visión idílica, pero no por ello habría que desecharla de entrada.

Para aumentar las posibilidades de lograr esa visión, una opción válida sería servirnos a nosotros mismos primero, como con la mascarilla de oxígeno, para ponernos en una situación ventajosa para poder asistir a los demás. Si nosotros mejorarnos, creamos bienestar, que mejora nuestro círculo próximo, que a su vez creará más bienestar, mejorando nuestro entorno más ámplio, así sucesivamente en un círculo virtuoso con efectos globales, mejor cuanta más gente tome consciencia de que hay alternativas a la vida prefabricada de la sociedad actual.

Por mi parte, mi día a día actualmente es el siguiente:

6:00 Levantarse y hacer ejercicio moderado. Suelo salir a correr 15-20 minutos, estiramientos, y algo de flexiones/abdominales/sentadillas/etc. según el día.
7:00 Ducha/desayuno/prepararse para salir
8:15 Salgo a trabajar
8:35~9:45 Desarrollo aplicaciones propias/escribir blog en el tren
10:00 Llego al trabajo
19:30 Salgo del trabajo. En el tren suelo leer libros o blogs de interés
21:00 Llego a casa, cena, ducha, cosas de casa
23:00 Dormir

Antes de llegar al trabajo he realizado dos actividades importantes para mí, ejercicio y aficiones que me dan vitalidad y mejoran mis habilidades.

Realizar un ejercicio ligero cada día es estupendo. nos proporcionará energía y aguante suficiente para realizar todas las actividades, por lo que es importante no saltarse este paso. Se ha demostrado que correr 5 minutos al día alarga la vida unos 3 años [2]. Si no mantenemos el cuerpo en condiciones nos faltará energía y nos pasará factura tarde o temprano.

Yo aprovecho el largo trayecto en tren para «trabajar para mí», tengo ventaja de que tengo unas horas reservadas sólo para mí, a la fuerza, cada día, pero no hay nada que impida a nadie levantarse un poco más temprano y dedicarse un tiempo a uno mismo.

Para el final del día sólo me quedan tareas domésticas, que no requieren esfuerzo intelectual, y que además relajan y por tanto ideales antes de dormir.

¿Y el fin de semana? Me levanto a la misma hora (de esta manera no tengo problemas de levantarme pronto los lunes), realizo ejercicio, pero tengo preferencia por pasar el tiempo con la familia, amigos, actividades sociales, etc. Si me sobra tiempo me dedico a mis aficiones, pero no es muy común. De esta manera creo que he conseguido un estilo de vida balanceado que me enriquece en diversos aspectos y no se me hace pesado para nada, al contrario, me llena de bienestar y satisfacción.

Este concepto también se puede aplicar dentro del ámbito laboral. Dado que al principio del día estamos más frescos, es mejor atajar primero tareas de complejidad que resulten exigentes, y dejar para lo último tareas más sencillas y rutinarias. ¿Lees emails a primera hora de la mañana? Oops, estás poniendo la mascarilla al nene antes que la tuya. No está de más mirar el encabezado de los emails no sea que haya algo urgente, en caso negativo deja la tarea de leer en detalle y contestar para más tarde. Acabar un proyecto complejo bajo el tiempo previsto te puede valer un ascenso, contestar emails rápidamente pues difícilmente.

Si dispusieras de dos horas más cada día, ¿qué te gustaría hacer? Deporte, aprender o poner al día habilidades, leer libros, escribir un libro, escribir un blog, hacer una aplicación para iPhone, bricolaje, jardinería, pintar un cuadro, pasar más tiempo con tus hijos.. Tú eliges.

[1] http://www.mcmaster.ca/opr/html/opr/media/main/NewsReleases/Exercisestudy.htm
[2] http://content.onlinejacc.org/article.aspx?articleID=1891600